jueves, 21 de abril de 2011

“Alto a la teocracia de facto: Los derechos humanos de las mujeres son violentados cuando el Estado actúa desde una mentalidad fundamentalista” expresó el MAMPR

Organizaciones que convocaron la actividad:
  • Movimiento Amplio de Mujeres de Puerto Rico
  • Amnistía Internacional PR
  • Comité Contra la Homofobia y el Discrimen
  • La Nueva Escuela

Comunicado de Prensa para publicación inmediata

San Juan, Puerto Rico, jueves, 21 de abril de 2011- “Las mujeres de nuestra Isla están sufriendo las consecuencias de que nuestro Estado se haya convertido en una teocracia de facto”, denunció en la mañana de hoy el MAMPR junto a otras organizaciones de derechos humanos en medio de una manifestación convocada frente al Capitolio y denominada: “¡Alto a la teocracia de facto!”.

En la concurrida actividad, convocada por el MAMPR, mujeres y hombres representaron la crucifixión de los derechos humanos de las mujeres y de la comunidad lésbica-homosexual-bisexual-transexual y transgénero de la Isla. Para ello, una mujer cargó con una cruz y fue seguida por mujeres que representaron a las 15 asesinadas en los primeros meses del 2011. Mientras éstas caminaban, hombres y mujeres representando a la Legislatura, la Rama Ejecutiva, la Judicatura y el Fundamentalismo Religioso, las escoltaron y las amenazaron en una dramática adaptación contemporánea del vía crucis cristiano para resaltar las nuevas víctimas de la intolerancia religiosa y el uso del poder para oprimir.

En una declaración leída como parte del acto, las organizaciones ciudadanas responsabilizaron al fundamentalismo religioso de la crucifixión de los derechos humanos de las mujeres de la Isla e hicieron un llamado a las personas que practican diversas religiones en el país para que no permitan que se les utilice en contra de sí mismas. “El amor al prójimo incluye respeto, incluye solidaridad e incluye valor para defender a las personas vulnerables”, añadieron.

“Queremos un país en el se respete la vida de toda persona. Un país en el que cada cual pueda vivir su espiritualidad libremente, desde el amor al prójimo y el respeto a la diversidad. Queremos un país en el que las mujeres y toda otra persona, independientemente de su orientación o identidad sexual, puedan vivir sin miedo a ser agredidas o asesinadas. Un país en el que la ley y el orden sean sinónimos de equidad y no de represión”, concluyeron.

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