Por Amárilis Pagán Jiménez
Directora de Proyecto Matria
Publicado en Voces de El Nuevo Día, 11 de septiembre de 2008
Llevo días siguiendo las noticias sobre Sarah Palin. Lo que he visto hasta ahora es suficiente para ponerle los pelos de punta a cualquier mujer que tenga claro que no todo lo femenino es positivo para las mujeres como grupo social. Lo femenino es una construcción y Sarah Palin, mujer construida a imagen y semejanza del estatus quo, es un espejismo. Su nominación a la vicepresidencia de los Estados Unidos no es un triunfo para las mujeres. Sólo la ignorancia, o un descarado cinismo, son capaces de justificar la idea de que a las mujeres nos conviene llegar al poder a través de una figura conservadora y violenta.
Las elecciones estadounidenses nos conciernen por varias razones. La primera salta a la vista: como colonia estadounidense, la legislación y políticas públicas de ese país nos impactan. La segunda, no tan obvia, es igualmente importante: las mujeres de Puerto Rico tenemos el deber urgente de evaluar cómo los partidos puertorriqueños han reaccionado ante Sarah Palin. ¿Qué dicen y qué opinan de esta candidata? Los políticos que la elogian por “femenina”, por pro-familia tradicional, por oponerse al derecho al aborto y por ser partidaria de las teorías creacionistas dejan traslucir a través de esos elogios una opinión preocupante acerca del rol de las mujeres en la sociedad. ¿Cómo actuarán si llegaran a resultar electos? Seguramente abogarían por la limitación de nuestros derechos y serían un pesado obstáculo para alcanzar los que aún tenemos pendientes.
En Puerto Rico, las organizaciones de mujeres llevamos décadas luchando para superar las visiones estereotipadas que limitan nuestro pleno desarrollo y derechos humanos. En este momento, y con tal tipo de panorama político, de más está decir que no permitiremos que nuestros derechos se menoscaben y que se coarten nuestras aspiraciones a una vida digna, en paz y equidad. Ante estos políticos y ante discursos apocalípticos cuyo único fin es demonizar lo femenino cuando éste reta los controles y los roles que se imponen tradicionalmente a las mujeres, nosotras decimos “¡La mujeres contamos!”. Quienes elogian a Palin y se alían con su discurso son, definitivamente, un riesgo para las mujeres de esta Isla. ¿Votaría usted por ellos?
10 de septiembre de 2008
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